En esta entrada, les invito a conocer cómo suleo evaluar y cómo se suele evaluar en mi centro.
Suelo
hacer una evaluación inicial del tema a trabajar para conocer el punto de
partida. Dicha evaluación puede ser mediante preguntas directas, check list,
pequeño test, observación directa …
Por
otro lado, mediante trabajamos la unidad evalúo en forma de coevaluación o autoevaluación
el momento en el que está el alumnado. Esto lo suelo hacer mediante una
rúbrica.
Y
finalmente, al terminar la unidad, evalúo mediante rúbrica, check list, examen,
… los contenidos y capacidades adquiridos.
Estas
formas de evaluar me permiten tanto ver al aprendiz actuando, como replicar la
lección.
Soy
consciente de lo importante que es que el alumnado sea el centro del
aprendizaje, pero no es menos cierto las clases magistrales y los exámenes a la
vieja usanza, también aportan a la formación de las chicas y chicos.
También,
mediante las formas que utilizo para evaluar, puedo valorar un buen número de competencias,
intentando, siempre, que entren el mayor número de ellas posibles.
Todo
se puede mejorar, pero en general, estoy satisfecho con mi evaluación.
En
líneas generales, en mi Centro, en los cursos inferiores de la ESO (1º y 2º),
la evaluación la hace el profesorado y el alumnado. En algunas ocasiones, otros
agentes.
En
estos dos cursos, queda patente la evaluación del “saber” y del “saber hacer”.
En
3º y 4º de la ESO, la evaluación suele estar a cargo del profesorado, participando
muy poco el alumnado, y sin agentes externo.
En
estos dos casos, se evalúa el saber.
En
1º y 2º de ESO, la evaluación se intenta que sea continua desde el principio
hasta el final de las unidades, terminando la unidad con un producto final,
examen, …
En
3º y 4º, se suele evaluar al final de cada unidad.
La
evaluación es variad, no tomando una sola herramienta. Pueden ser portafolios, exámenes,
rúbricas, observación directa, …
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